Por Pablo Solovera
Reparto: Finn Little, Jai Courtney, Geoffrey Rush, Trevor Jamieson, Morgan Davies
Dirección: Shawn Seet
Género: Drama
Clasificación: TE
Duración: 1h 39m
Sinopsis: Basada en el aclamado libro homónimo, Storm Boy es la historia de un joven que crece en la hermosa pero deshabitada costa del sur de Australia y que inesperadamente rescata a tres pelícanos huérfanos. Tras crear un vínculo cercano con ellos se verá en una peculiar situación con su padre pescador, con lo que su vida dará un nuevo e inesperado giro.
Cuando el cine se presenta de forma honesta y poco pretenciosa, siempre es merecedor de darle una oportunidad de contar su historia. Directamente desde Australia, llega una historia muy local, basada en la novela australiana “Storm Boy”, cuenta la historia de un niño y su aventura con una peculiar compañía: pelicanos. Una película inocente, pero no por eso exenta de un potente mensaje.
En la búsqueda de modernizar la historia, publicada en los 60, es que combina dos historias: la original, de la aventura del Niño de la Tormenta y cómo adopta a estos tres pelícanos, su relación con ellos, su padre y el nativo australiano Ngarrindjeri, Fingerbone, dejando de lado cierto desarrollo presente en la novela de Thiele; y el presente, donde Michael rememora esta historia mientras se la cuenta a su nieta. Si bien el cambio de líneas temporales está bien hecho y tiene dos objetivos: separarse de la adaptación del 1976 y enviar un mensaje potente acerca del ambientalismo, realmente el presente tiene un ritmo muy distinto al del resto de la película y corta el interés de la historia, chocando mucho la narrativa rústica y austera con el mundo moderno en que viven sus personajes en el presente. Se podría haber invertido más tiempo en su historia original, pudiendo enviar el mismo potente mensaje, sin necesidad de recurrir a obviedades.
Cuando los recursos distraen, son las actuaciones las que sobresalen. El joven Finn Little te transmite la inocencia, ingenuidad positiva y una fuerte resiliencia que hace que el personaje de Storm Boy cobre vida, lleno de emotividad. Little no es el único que entrega una actuación llena de inocencia; Jamieson como Fingerbone Bill también expresa una belleza en su actuación natural, como un recluso aborigen australiano. La antítesis de su calma viene con el padre, Tom (Jai Courtney). Un hombre lleno de rencor por la vida, inseguridad al futuro y una sobreprotección que se contradice con su actitud distraída con la vida de su hijo. Las breves apariciones de Rush y Davies con personajes más despiertos y opiniones más duras, en el presente, no encajan con el resto de la historia, pero sus actuaciones no fallan al convencer, demostrando que, con un buen elenco, los tropiezos pueden ser más suaves.
Como cada película con protagonistas no humanos, los que se roban la película son, justamente, sus animales. En este caso, sus pelícanos que, sorpresivamente, son tres pelícanos reales que fueron entrenados para la película. Una decisión atrevida que no les salió fácil: al comenzar la preproducción de “Amigos para Siempre” se dieron cuenta que no existían entrenadores de pelícanos, teniendo que recurrir a un entrenador de delfines que entrenó las tres aves para la película. La relación que vemos entre el elenco y los tres pelícanos, Mr. Percival, Mr. Proud y Mr. Ponder, es genuina, y gran parte de la película se iba modificando acuerdo a lo que hacían las mismas aves, teniendo que modificar tomas o escenas. De todas formas, la decisión de no utilizar CGI en más que unas limitadas escenas, recae en que la química entre humanos y aves no es cinematográfica, pero si muy realista, dando también un buen mensaje ahí en cuanto al cautiverio de animales.
Una de las mayores importancias de “Amigos Para Siempre” radica en su origen. Es una historia australiana, ambientada, grabada y producida por un equipo australiano, con un director australiano y un elenco australiano, con apoyo del gobierno de su país. Es una película que busca, entre muchas cosas, incentivar el cuidado del medioambiente del país, tanto de su flora y su fauna, y fomentar el turismo al país. Sus hermosos paisajes, que nos muestran con su increíble fotografía, nos hacen querer ir a ese lugar y conocer la remota isla donde su personaje creció y vivió estas aventuras. No hay pecado en hacer una oda de amor a tu país, por lo que tampoco hay que ser rápidos a juzgar a la película, aunque tampoco hay que perdonarles todo solo por el cariño detrás de la obra.
Conclusión: “Amigos Para Siempre” es una historia conmovedora y cautivadora, que te mantendrá interesado en, al menos, una de sus historias. Detrás de sus intenciones de enviar, quizás, muchos mensajes, es que su argumento se debilita, especialmente en la nula química entre ambas líneas temporales. Si bien es una película que te mantiene entretenido, su narrativa no logra despegar del todo y termina quedándose corta como una gran película de aventuras, a pesar de sus nobles intenciones.
6/10
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