Por Pablo Solovera
Reparto: Louis Hofmann, Lisa Vicari, Andreas Pietschmann, Oliver Masucci, Maja Schöne, Gina Stiebitz, Paul Lux, Moritz Jahn, Jördis Triebel, Karoline Eichhorn, Deborah Kaufmann, Carlota von Falkenhayn, Mark Waschke, Julika Jenkins, Christian Steyer, Hermann Beyer, Lisa Kreuzer, Dietrich Hollinderbäumer, Daan Lennard Liebrenz, Peter Benedict, Leopold Hornung, Christian Pätzold, Christian Hutcherson
Creadores: Baran bo Odar (Director), Jantje Friese
Género: Crimen, Drama, Ciencia Ficción
Clasificación: +14
Plataforma: Netflix
Episodios: 8
Sinopsis: Tras la desaparición de un joven, cuatro familias desesperadas tratan de entender lo ocurrido a medida que van desvelando un retorcido misterio que abarca tres décadas... Saga familiar con un giro sobrenatural, "Dark" se sitúa en un pueblo alemán, donde dos misteriosas desapariciones dejan al descubierto las dobles vidas y las relaciones resquebrajadas entre estas cuatro familias. (FILMAFFINITY)
Tras unas increíbles primeras dos temporadas, grandes revelaciones, y un gran misterio que se fue armando durante los casi dos años desde que Netflix publicase la primera temporada del drama de ciencia ficción alemán, llegó su tercera y última temporada, con la promesa de desatar todos los nudos, resolver todas las dudas, y hacernos entender la complicada razón de todos los hechos que atormentan a la comunidad de Winden, desde su origen. La promesa estaba hecha, ¿lograron cumplirla?
“Dark” se caracterizó por ser una serie que permanentemente nos sorprendía, pero que al mismo tiempo, todo era medianamente esperable, dentro del contexto de una ciencia plausible con reglas establecidas desde el comienzo. Las grandes revelaciones de la serie, como Mikkel pasando a ser Michael, o el camino de Jonas desde el joven amable de Winden a un atormentado Extraño, y luego un deformado Adam eran esperables e, incluso, cuando nos enteramos que Charlotte y Elisabeth eran madre e hija de la otra, podíamos entenderlo dentro del universo cíclico. Todo el dolor, sufrimiento y sacrificios que Claudia y Adam fueron maquinando desde las sombras, que parecían hacer pagar a una comunidad de gente sumida en la mentira y la traición, cual Purgatorio, condenados como Sísifo a mover la piedra hasta la montaña, solo para verla rodar de nuevo. “Dark” combinó ciencia con una filosofía potente, con cada personaje condenado a repetir sus actos solo para intentar, esta vez, cambiar algo. Pero el final de la segunda temporada cambió esto, con la introducción de un segundo plano temporal, un mundo paralelo, donde las cosas podían salir distinto, donde Martha no había muerto a manos de Adam, y donde se podía romper el ciclo del eterno regreso.
Pero esa premisa se esfumó en pocos minutos, y la promesa se fue desgastando, al ir agregando complicaciones que no trabajaban en conjunto para resolver el conflicto inicial de la serie, haciendo que se pierda el norte de la cuestión e, incluso cuando las respuestas comienzan a llegar, en su último episodio nos da vuelta todo lo que creíamos saber, de manera injusta, no obstante que haya sido adelantado de formas sutiles, y nos hace cambiar nuestra perspectiva de todo.
Una de las críticas que recibió la última temporada de “Game of Thrones”, fue que sus creadores intentaron “subvertir las expectativas” de la gente, y “Dark” comete el mismo error con una intención totalmente distinta. Se tiene claro que en la serie alemana casi todo es posible, pero cuando en solo ocho episodios destruyes gran parte de lo construido antes, las cosas se tornan un poco difíciles de digerir. Cuando durante 25 episodios tuviste una idea, y en apenas su último capítulo te convencen de lo otro, se siente casi como una traición. Su conclusión final tras sus tres temporadas no es el problema, es la construcción a este. El avance de su historia fue constante y construyó una idea y un concepto de lo que era “Dark”, lo que no se mantiene en esta última temporada. Si bien la gran mayoría de las respuestas están en los últimos ocho episodios (a excepción de un par que, quizás por tiempo, quedarán solo como subtramas pequeñas) y te deja la sensación de que, efectivamente, el final es correcto, pero débil, dándole un cierre a tramas y personajes de las que, sinceramente, no tuvimos nunca la necesidad de sentirnos apegados. Parece que la idea de entregar un final de la serie a la par con las sorpresas que entregaron los anteriores finales de temporada fue demasiado y no optaron por quedarse con algo más seguro y predecible.
Las sólidas actuaciones sin puntos bajos vuelven a ser la piedra angular de “Dark”, con un grupo de actores que, en su última temporada, prácticamente se convierte en un elenco coral, donde todos tienen un tiempo digno en pantalla para demostrar su tremenda calidad actoral, pero con Louis Hofmann (Jonas), Lisa Vacari (Martha), Lisa Kreuzer (Claudia Anciana), Julika Jenkins (Claudia Adulta) y Oliver Masucci (Ulrich Adulto) destacando de manera increíble, y con actuaciones de Jördis Triebel (Katharina Joven),) y Carlotta von Falkenhayn (Elisabeth Joven), entre tantos otros nombres, que nos hacen querer haber visto más de ellos.
El punto más débil de la temporada fue, en mi opinión, algo muy absurdo y técnico: las transiciones. Al pasar de una realidad a otra, existe un efecto para nada sutil, que hace que la superproducción de Netflix parezca una teleserie nocturna. Los aspectos de los distintos años y realidades ya son, de por sí, lo suficientemente diferentes como para no confundirse, pero un aviso menos invasivo habría sido mucho más cómodo para no romper la concentración, y hacen sentir que, una vez más, alguien en la línea de montaje no confía en los espectadores para entender lo que está pasando. De igual forma, la gran dirección de fotografía que acompañó la serie durante sus primeras dos temporadas no es igual en la última temporada, con planos extraños, cambios de foco incómodos, como una escena en particular donde, literalmente, se pierde el foco. Algo inexplicable e imperdonable para un trabajo de esta magnitud, cuando era un punto tan sólido previamente. No obstante, la banda sonora mantiene su línea con canciones que hemos escuchado antes y otras nuevas que se agregaran a tu repertorio musical sin lugar a dudas.
La tercera temporada de “Dark” llegó para resolver interrogantes, pero comenzó planteando mucho más de lo que realmente podía manejar en sus cortos ocho episodios, e incluso integrando tramas nuevas a una ya complicada historia. La tercera temporada gasta la mitad de sus capítulos en establecer, más o menos, el contexto de este “otro mundo”, cuando realmente nunca fue necesario esto, esforzándose al extremo en paralelos y diferencias, para luego apresurarse a empezar a proponer soluciones en los siguientes episodios, y comenzar a concluir en su último episodio. La velocidad de la tercera temporada no se compara a la dinámica a la que estábamos acostumbrados, contradiciendo las reglas establecidas, traicionado las expectativas de manera negativa y creando innecesarios vacíos argumentales que deben ser respondidos con fuentes externas, como el árbol genealógico oficial. Un punto muy importante de este árbol, ubicado en darknetlix.io, es que te va guiando mientras ves los capítulos y, en un punto, derechamente te mienten y eso es algo que no se recomienda nunca en la narración. Te pueden engañar, y es algo que “Dark” sabe hacer muy bien, como con las pistas que indican a Franziska siendo prostituta, ¿pero mentir? Grave error que, de todas formas, no se refleja en la serie, donde no ocurre esto. Y si de no aclarar cosas se trata, la tercera temporada falla en no aclarar de manera correcta el punto más importante: el origen. Los ocho episodios de “Dark” parecen transcurrir de forma lenta hasta llegar a un punto en donde el tiempo se les acabó, y llegan a una conclusión simplista, apresurada, débil y mal construida que se habría solucionado con, quizás, solo dos episodios más en esta y la temporada anterior.
Si bien la conclusión de la tercera temporada no es equivalente a nuestro compromiso durante años, de analizar cada detalle, viendo la serie una y otra vez, para poder comprender cada pequeña parte de su trama, su final cerrado sirve para dejar ir en paz a una gran serie que nos hizo emocionarnos, llorar y quemar neuronas durante sus tres temporadas. Una de las series de ciencia ficción mejores trabajadas de la historia, con una dedicación a cada detalle del guión y cada aspecto técnico, con actuaciones sólidas y una banda sonora impecable, para finalmente poder decir que “Dark” quedará par siempre como una de las mejores series de la historia y de las producciones más ambiciosas de Netflix.
8/10
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