Por Pablo Solovera
Reparto: Erwin Antonio Pérez, Nereyda Pérez, Virgen Vázquez, Javier Bautista González
Dirección: Joshua Gil
Género: Fantasía, Drama
Clasificación: n/a
Duración: 1h 43m
Sinopsis: En una pequeña y olvidada ciudad rodeada de montañas cubiertas de árboles, vive un niño pequeño y su madre. La vida tradicional de la ciudad ha sido desarraigada desde que quedó atrapada en el fuego cruzado de la guerra entre los militares y los cárteles. Con pocas oportunidades de trabajo y sin suficiente dinero para mudarse a otro lugar, la madre cultiva marihuana para los cárteles. Un día, ella no regresa del trabajo. Golpeada por el dolor, la abuela le dice al niño que vaya al bosque y rece al sol, al viento y al agua para que le devuelvan a su madre ilesa. Mientras los soldados llegan y los aldeanos se preparan para su última batalla, el impresionante poder de la naturaleza se manifiesta. (FILMAFFINITY)
Lanzada en el 17º Festival Internacional de Cine de Morelia, en México, en donde Joshua Gil ganó el Premio a Mejor Director, estuvo nominada en los Premios Ariel por Mejor Banda Sonora y Mejores Efectos Visuales y siendo la primera película en la historia en cerrar el Festival de Cine de Venecia, cuenta una mágica historia ubicada en la selva mexicana, con tintes de fábula, llena de dolor, lucha, esfuerzo y violencia, pero sin dejar de poseer esa chispa y breve esperanza melancólica.
Los bellos paisajes de las montañas de Oaxaca, en México, esconden secretos a voces: el narcotráfico, manejado por los sanguinarios carteles. En este sector, los habitantes que han dedicado toda su vida a la recolección de otros productos, como maíz y café, han tenido que recurrir a trabajar para estos cárteles bajo condiciones inhumanas y llenas de violencia, incertidumbre y corrupción, bajo la premisa de sobrevivir. La historia que sigue “Sanctorum” es una de miles que se repiten en la realidad, pero con un ingrediente especial: la magia.
Desde su primer minuto, la película se hace notar como algo especial. Una extensa escena, grabada desde un plano fijo, que solo muestra a un matrimonio almorzar y llevar una premonitoria conversación en lengua Mixe, lenguaje en el cual gran parte de la película está hablado. El matrimonio termina declarando que se vienen cosas terribles y no podían estar más acertados. La historia gira en torno a un niño y la pérdida de su madre, pero esto es solo un motor para mover la narración y expresar como, en el fondo, lo que esta gente ha perdido es la esperanza. Este humilde pueblo ubicado en una lucha armada entre policías y cárteles es un purgatorio en la tierra, donde sus habitantes están muertos hace mucho, pagando pecados que no cometieron. Cada día que pasa, es solo un día menos hasta que su muerte llegue, lo que no es visto con temor por esta gente, solo con frialdad, debido a la fuerte y respetuosa relación de las culturas mexicanas indígenas con la muerte.
Un estilo de filmación tan íntimo que nos hace sentir que estamos viendo un documental, con una fotografía que logra replicar esto, sin dejar de ser sublime y precisamente cuidada. Inmiscuidos entre dramas familiares, corrupción, desolación, místicos funerales y el dolor ajeno, vamos comprendiendo el panorama sin poder ni imaginar el contexto completo que se oculta en las montañas. Las actuaciones corresponden a emociones tan genuinas que no sabes donde se dibuja la línea que separa la realidad de la ficción, debido a una selección de actores originarios del lugar que, incluso, los protagonistas son familiares en la vida real. Diálogos que pueden parecer forzados fluyen con naturalidad en este contexto fabulesco, y los increíbles efectos visuales de la película hacen creer cada mágico momento que nos es presentado en esta historia con un tiempo narrativo particular.
A pesar de ser una historia con la que puede ser difícil conectar al comienzo, por verse muy ajena a nuestra realidad, logran mostrar lo suficiente para llegar a sentir el dolor y la desesperanza que rodea este pequeño y humilde pueblo en las montañas. Actuaciones genuinas, del corazón, sumado a una banda sonora y efectos especiales sorprendentes, convierten a “Sanctorum” en una fábula llevada a la pantalla grande, contando un relato de violencia y desolación, de medidas drásticas, que debe ser vista en todo el mundo, antes de que sea demasiado tarde.
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